Así quedaba el escenario después de cada función en el teatro La Puntual
El arco del triunfo
Después de una de nuestras funciones, Eugenio Navarro nos invitó a ver una obra de teatro guiñol en El taller de las marionetas, un espacio con mucha tradición fundado por Pepe Otal. Primero nos dio un recorrido por el barrio gótico, contándonos las historias del barrio y llevándonos por paradas de degustación de comida y bebida express que nos hizo entrar en un muy buen estado de ánimo para entrar en contacto con la escena titiritera de Barcelona. Ya recordaré el nombre del lugar, lo prometo
El taller de las marionetas está en el Rabal, junto al barrio gótico y el escenario está en el sótano del edificio. La atmósfera era muy festiva, llena de gente muy joven y entusiasta. Se respiraba con dificultad porque la mayoría de la gente fumaba, además de que el calor era poco menos que insoportable. Todo valió la pena por conocer tan extraordinario lugar.
La obra era realmente mala, salvo por tres momentos muy buenos. Hay que decir que el público iba con muchas ganas de divertirse y aplaudía casi cada diálogo o acción que ocurría. Lo mejor de la obra, Satanás pinchando discos como un gran DJ.
Mauricio, invitando al público y respondiendo a su pregunta de ¿quién va a ir a ver Panteón de fiesta en La Puntual?
Entrada publicada por Alejandro Benítez
Director de Facto Teatro
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